La legalización del juego en Brasil se estanca en el Senado
A tres meses de que Diputados emitiera un dictamen favorable sobre el texto base, la Cámara Alta aún no da muestras acerca de su pronunciamiento.
Brasil.- A tres meses de que la Cámara de Diputados emitiera el dictamen favorable sobre el texto base que legaliza los juegos de azar, el proyecto parece haberse estancancado en el Senado a pesar de la presión de Centrao, grupo de partidos que ha ido ganando fuerza en este último tiempo y que no se definen ni de izquierda ni derecha pero que tienen mayor afinidad a ideologías conservadoras.
La propuesta es vista como controvertida en el Senado. Su presidente, Rodrigo Pacheco (PSD-MG), mostró resistencia a la forma en que fue aprobada en la Cámara. El senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ), hijo del presidente, aboga por la legalización, pero no la defiende públicamente. En 2020, Flávio se fue a los Estados Unidos en un viaje para estudiar y tratar el tema.
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Quien presentó el proyecto en la Cámara, Felipe Carreras (PSB-PE), dijo que conversó con el presidente del Senado sobre la propuesta hace 15 días. Según él, Pacheco se comprometió a no archivar el proyecto.
“Estaba feliz por eso. Incluso Arabia Saudita autorizó, alrededor de un mes y medio, los juegos. Vemos que el mercado de apuestas online crece en Brasil y el país se está quedando atrás».
En febrero de 2022, presionado por la bancada evangélica, el presidente Jair Bolsonaro dijo que vetaría la legalización de los juegos si aprobaba el Senado y lamentó la aprobación del texto por la Cámara. Los funcionarios del gobierno, sin embargo, trabajaron a favor del proyecto en la Cámara, al igual que el Centrão. Hay una división al respecto en la base de apoyo de Bolsonaro.
En este sentido, el líder del gobierno en la Cámara, Ricardo Barros (PP-PR), admite que el proyecto podría ser una fuente de ingresos.
«Pensamos en aprobar el proyecto del juego, regularizar los juegos, que ya están, y legalizar la situación de los 400.000 empleados que están trabajando sin derechos sociales», dijo Barros en la Cámara, en mayo, durante la discusión de un piso salarial para la categoría de enfermería.
Es importante destacar que el proyecto de juegos ya destina el 4 por ciento de los recursos obtenidos a la salud, pero necesita llegar al 12 por ciento en el Senado para contribuir a la financiación del aumento de enfermería.
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Otras propuestas de juego también están frenadas en el Senado. Por ejemplo, el proyecto del senador Roberto Rocha (PSDB-MA) que legaliza el juego en los balnearios está estancado en la Comisión de Desarrollo Regional y Turismo a la espera de una audiencia pública desde hace más de un año.
También hay un proyecto de liberación de todos los juegos, incluido el Jogo do Bicho, el bingo y las apuestas online, listo para ser considerado en el pleno desde 2020. La propuesta es del senador Ciro Nogueira (PP-PI), ahora ministro de la Casa Civil.
Posturas sobre la legalización del juego
El texto aprobado en febrero en Diputados otorga licencias permanentes o temporales para explorar la actividad. Cada grupo económico tendría derecho a operar un casino por estado, con excepción de Minas Gerais, Río de Janeiro y San Pablo, que tendrían derecho a dos, dos y tres establecimientos, respectivamente.
En una nota, Rodrigo Pacheco dijo que se comprometió con una “evaluación detallada” del proyecto, pero evitó pronunciarse sobre el fondo. “Por ahora hay manifestaciones negativas y favorables en el Senado. Por eso, es fundamental conocerlo en detalle y, eventualmente, sacar adelante la discusión”, dijo el presidente del Senado.
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El senador Angelo Coronel (PSD-BA), uno de los defensores de la legalización, reconoce que la propuesta está estancada. Dice que el asunto se ha convertido en un “Fla-Flu” (alusión al clásico de fútbol carioca) y estima que el gobierno federal pierde R$ 50 mil millones al año (USD10,49 mil millones) ingresos por la prohibición de los juegos.
“No sé cómo un gobierno puede estar en contra de gravar algo que ya existe. Muchos temen la reacción del sector evangélico”, asegura Coronel.
El senador Eduardo Girão (Podemos-CE) lidera la resistencia contra el proyecto de ley y en abril creó un Frente Contra los Juegos de Azar en el Senado. Senadores como Luiz do Carmo (MDB-GO) y Carlos Viana (PL-MG) también han tomado una posición contraria.
El proyecto crea un impuesto, el Cide-jogo, para recaudar el 17 por ciento de los ingresos brutos de los empresarios. Los fondos se destinarán a áreas como Turismo, Medio Ambiente, Cultura, Seguridad Pública y Desastres Naturales. Por otra parte, el Impuesto sobre la Renta que gravará a las personas físicas premiadas será del 20 por ciento de la ganancia neta.