Crecen las dudas sobre el caso de bancarrota de Caesars
Aparentemente, el grupo disponía de propiedades de primera (aun declarándose incapaz de pagar una deuda enorme). Esto podría costarle más 5 mil millones de dólares en daños.
Estados Unidos.- El año pasado, trascendió que casino Caesars Palace de Las Vegas, símbolo del lujo, se declaró en bancarrota ante una deuda por 10 mil millones de dólares. La empresa que lo administra, Caesars Entertainment, un gigante del juego de azar que posee otros 50 casinos, pidió la quiebra en un intento de sacar adelante al emblemático hotel.
El plan del grupo empresario fue aprobado por el 80 por ciento de sus acreedores preferenciales, los primeros que serían remunerados en caso de liquidación. La compañía pretendía reducir su deuda desde los 10 mil millones actuales hasta los 8.600 millones, recortando además el costo de sus intereses anuales en un 75 por ciento, de 1.700 millones de dólares a 450 millones.
Pero ahora, la situación cambió. Caesars Entertainment Corp. (CEC) podría enfrentarse a un pago de hasta 5.100 millones de dólares por daños relacionados con una serie de operaciones corporativas que se produjeron en su principal unidad operativa conforme el Capítulo 11 de protección de bancarrota. Eso fue lo que dijo el martes un investigador independiente tras la publicación de los resultados de una investigación de un año sobre el caso de deuda de 18 mil millones que pesa sobre este, uno de los operadores de juego más grandes del mundo.
El ex investigador Watergate Richard Davis y un equipo de abogados fueron nombrados el año pasado para examinar más de 8 millones de páginas de documentos y entrevistar a 92 personas en relación al caso de bancarrota de Caesars Entertainment Operating Company (CEOC).
Después de una investigación de más de un año de duración, el Sr. Davis y sus colegas descubrieron que Caesars, propiedad de Apollo Global Management y TPG Capital, dispone de propiedades de primera aun declarando a la compañía incapaz de pagar una deuda enorme.
La investigación se inició el año pasado, después de que un grupo de acreedores junior, dirigidos por Appaloosa Management, afirmó que CEOC, conocida por ser la principal unidad operacional de Caesars, había sido privada de algunas de sus mejores propiedades. Hecho que benefició a la compañía de juego y a sus propietarios.
El investigador independiente además descubrió que a finales de 2012, Apolo y TPG introdujeron una estrategia dirigida a reforzar su posición en el caso de bancarrota de CEC y CEOC. El Sr. Davis reveló que había pruebas de que CEOC ha sido insolvente desde el año 2008. En ese caso, los administradores deberían de haber tenido que actuar en nombre de acreedores y accionistas con el fin de abordar la cuestión de una forma correcta.
En un comunicado diferente, la CEC afirmó que las transacciones que tuvieron lugar en los últimos años iban destinadas a beneficiar a la CEOC y a sus acreedores, en desacuerdo con las conclusiones del Sr. Davis. Apolo también argumentó que había actuado de buena fe y con la intención de ayudar “a la CEOC a fortalecer su estructura de capital“.