Quinieleros de Paraguay reclamaron aumento en las comisiones
El Sindicato Nacional de Trabajadores Vendedores de Quiniela, Bingos y Juegos de Azar (Sintraquiba) se manifestó frente a la oficina de Technologies Development of Paraguay SA (TDP).
Paraguay.- Como habían adelantado la semana pasada y ante la nula respuesta por parte de las autoridades, trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores Vendedores de Quiniela, Bingos y Juegos de Azar (Sintraquiba) se manifestaron frente a la oficina de Technologies Development of Paraguay SA (TDP), la empresa concesionaria de la quiniela en el país, para pedir mejores comisiones y condiciones para sus afiliados.
Según explican desde el sindicato, a raíz de la pandemia, les redujeron el porcentaje de comisión del 25 al 20 por ciento por la recaudación diaria. Ahora piden que se regularice y se aumente a un 30 por ciento.
De acuerdo con declaraciones de Alicia Gutiérrez, vocera del gremio, al medio ABC, “Se trata de un servicio público, el Estado debería ser el principal interesado en que las condiciones de juego funcionen perfectamente”.
En su reclamo, los trabajadores también explicaron que las máquinas para levantar apuestas de quinielas no funcionan bien, reporta montos de apuestas no realizadas, que ellos deben reponer con su propio dinero, algo que sucede también en caso de que sufran robos en la recaudación.
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Otros reclamos
Acerca del proyecto de ley impulsado por la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar), que busca darle mayor autonomía a la entidad y que pase a ser la Dirección Nacional de Juegos de Azar (Dinajzar), representantes quinieleros del país, aseguraron que la nueva ley mantiene el monopolio para las quinielas y no contempla ningún aspecto vinculado a la condición laboral de los quinieleros.
Otra de las críticas de los trabajadores, vino de parte de Bernarda Resquín, otra vocera del sector quien cuestionó que el proyecto de ley de referencia se propone que la quiniela aumente el número de la cifra que apostará el jugador, lo cual solo beneficiaría a la empresa explotadora de la quiniela.
“Al aumentar los números, disminuyen las posibilidades de que el jugador acierte, desalienta el juego, y así es menor el monto que recauda el Estado por los premios. Solo la concesionaria se beneficia”, explicó Resquín.
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