Informe de CEJUEGO: el sector del juego español recupera niveles preCovid con un 85,5% de participación
El Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO) presentó los datos del informe «Juego y Sociedad 2024». También anunciaron los datos del «Anuario del Juego 2024».
España.- El Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO) presentó este lunes 16 de diciembre en Barcelona el estudio anual que muestra los hábitos más destacables de la población española con respecto al juego presencial (loterías, casinos, bingos, apuestas deportivas). La investigación analiza de manera exhaustiva el impacto económico, social y fiscal del juego en España durante 2023.
El estudio “Juego y Sociedad”, elaborado por el doctor en Sociología, José Antonio Gómez Yáñez, demuestra que la gran mayoría de los españoles consumen alguna modalidad de juego.
El director general de CEJUEGO, Alejandro Landaluce, explicó que los estudios “están en sintonía con los datos del Ministerio de Sanidad y con ediciones anteriores de estos informes y nos revelan una realidad bastante simple: los españoles tienen una relación equilibrada con el juego, aunque esto pueda sorprender a algunos. No hay un problema de adicción generalizada al juego, ni mucho menos una epidemia como se quiere hacer creer desde algunos ámbitos”.
Según reportó el estudio, la práctica del juego en España continúa siendo una de las actividades de ocio más populares y culturalmente arraigadas, con un 85,5 por ciento de los españoles entre 18 y 75 años participando en alguna modalidad de juego en 2023, equivalente a 29,6 millones de personas.
A pesar de los desafíos impuestos por la pandemia, el sector recuperó los niveles prepandemia e incluso muestra un crecimiento sostenido en términos de participación y generación económica. Este fenómeno abarca desde la popular Lotería de Navidad hasta los juegos de entretenimiento en casinos, bingos y apuestas deportivas, posicionando al juego como un componente clave en la vida social, cultural y económica de España.
Niveles prepandemia
La pandemia de Covid-19 generó una reducción significativa en la participación en juegos de azar debido al cierre temporal de locales y la restricción de actividades de ocio en 2020, año en el que el porcentaje de participación cayó al 80,9 por ciento, similar a los niveles observados durante la crisis económica de 2013. Sin embargo, la recuperación ha sido constante: en 2021, el índice de participación ascendió a 82,4 por ciento, en 2022 aumentó a 83,9 por ciento, y en 2023 alcanzó el 85,5 por ciento.
Perfil demográfico detallado
En el estudio presentado en Barcelona, se demuestra que, a pesar de la amplia participación, el 15 por ciento de los españoles entre 18 y 75 años no participa en ninguna forma de juego. Las razones son variadas y van desde la aversión personal hasta factores ideológicos, religiosos y económicos. Este grupo de no-jugadores se caracteriza en gran parte por residir en hogares con dificultades económicas, reflejando así una relación entre el poder adquisitivo y la participación en actividades de ocio. Además, los jóvenes menores de 25 años muestran una menor tasa de participación en el juego en comparación con otros grupos de edad, lo que contradice el estereotipo de que el juego es más atractivo para las generaciones más jóvenes.
Por otro lado, los datos muestran que, en promedio, los hombres tienden a participar más en juegos de azar que las mujeres, y las personas con mayor estabilidad económica también participan más activamente. Estos datos sugieren que el juego en España no es una actividad homogénea; las preferencias y la participación están profundamente influenciadas por factores sociales, económicos y culturales que definen distintos perfiles de jugador.
Entretenimiento accesible
Dentro de las distintas modalidades de juego, los juegos de entretenimiento –como los casinos, las apuestas deportivas y los salones de juego– representaron el 17,9 por ciento de la participación total en 2023, lo cual equivale a 6,2 millones de personas. Esta cifra se sitúa por debajo del teatro, que atrajo al 24,5 por ciento de la población, pero supera a otras actividades culturales como la pintura (16,1 por ciento), la música (9,6 por ciento) y la ópera (3,3 por ciento).
Este tipo de juego es considerado por los jugadores como una forma de ocio que no promete grandes premios, sino que ofrece una experiencia de entretenimiento a cambio de una inversión económica controlada. La comparación con actividades culturales subraya el papel del juego en la vida cotidiana española, mostrando que, para muchos, participar en estos juegos es tan accesible y atractivo como otras opciones de ocio.
Loterías y juegos nacionales
Entre todas las modalidades de juego en España, las loterías nacionales, especialmente la Lotería de Navidad, destacan por su popularidad. En 2023, el 74,9 por ciento de la población participó en este sorteo, una cifra que evidencia la naturaleza intergeneracional y social de esta tradición. La Lotería de Navidad es un evento que refuerza los lazos sociales y comunitarios, pues es común que los españoles compartan boletos con familiares, amigos o compañeros de trabajo, lo que convierte el juego en una actividad colectiva.
Esta dimensión social del juego, especialmente visible en la Lotería de Navidad, refleja cómo esta práctica ha sido integrada en la cultura española a lo largo de generaciones. El juego de azar no es visto únicamente como una apuesta económica, sino como una tradición que trasciende clases sociales y que fomenta la cohesión social.
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El juego problemático en España
Uno de los temas de mayor relevancia en el análisis del juego es el fenómeno del juego problemático. En España, la tasa de personas afectadas por el juego problemático se mantiene estable en un bajo 0,2 por ciento de la población. Esta cifra coloca a España entre los países de Europa Occidental con las tasas más bajas, comparable a países como Holanda y Portugal (ambos con 0,2 por ciento) y por debajo de países como Alemania y Francia (0,5 por ciento).
Cabe destacar también la percepción que tienen los jugadores de sus pérdidas en el juego: para la mayoría, las pérdidas son vistas como el costo del entretenimiento, similar al gasto en actividades recreativas como el cine o los conciertos. Además, el 92,6 por ciento de los jugadores asegura no enfocarse en recuperar lo perdido, lo que sugiere que la mayoría tiene una actitud racional y controlada frente al juego. Esta percepción responsable y madura contrasta con el estereotipo de comportamiento impulsivo y descontrolado asociado tradicionalmente al juego.
La contribución económica del juego
En el informe también se revela que el sector del juego es una de las industrias con mayor impacto económico en España. En 2023, el juego privado generó más de EUR1.700m en impuestos, superando en EUR1.000m al juego público. Este aporte económico totalizó EUR2.580m, los cuales contribuyen a financiar servicios y programas públicos en el país.
En cuanto a la generación de empleo, el sector del juego emplea a un total de 183.000 personas, un aumento del 27,1 por ciento desde 2014. Esto incluye tanto empleos directos en casinos, bingos y apuestas deportivas, como empleos indirectos en sectores relacionados. Las máquinas recreativas en bares y establecimientos de hostelería, por ejemplo, sostienen 39.000 empleos, representando un apoyo importante para el sector hostelero. Este impacto laboral convierte al sector del juego en un motor de empleo y en una fuente de ingresos crucial para muchas familias en España.
Gasto en juego: tendencias y crecimiento postpandemia
El gasto en juegos de azar en España también muestra un repunte tras la pandemia. En 2023, el gasto en productos de la ONCE y SELAE (loterías, primitivas, quinielas, etc.) fue de 144,3 euros por persona, mientras que el gasto en juego privado alcanzó los 164,4 euros por habitante. Comparado con 2019, esto representa un aumento del 7 por ciento en productos de juego público y un 1,3 por ciento en juego privado.
Este crecimiento en el gasto no solo indica una recuperación en los hábitos de consumo, sino que también destaca la resistencia del sector en tiempos de crisis y su capacidad para adaptarse a nuevas tendencias de consumo. Las loterías y los juegos instantáneos de la ONCE, como los “rascas”, son particularmente populares y han experimentado un crecimiento notable en ventas, mientras que el juego privado ha visto un aumento en las ventas de casinos y apuestas deportivas.
SELAE y ONCE: crecimiento en ventas
Las empresas de juego público, SELAE (Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado) y la ONCE, han mostrado un crecimiento en sus ventas durante el último año, registrando aumentos de 3,5 y 8,3 por ciento respectivamente. SELAE centró su crecimiento en la tradicional Lotería de Navidad, que sigue siendo su producto estrella, mientras que la ONCE ha experimentado un aumento en sus juegos instantáneos, conocidos como “rascas”, que están sustituyendo progresivamente a sus cupones tradicionales.
La contribución social del juego
El impacto fiscal del sector del juego permite financiar servicios esenciales y proyectos sociales. Por ejemplo, los ingresos generados para las arcas públicas por el juego privado (EUR1.786m) son equivalentes al costo de 14.656 trasplantes de corazón o 47.751 trasplantes de riñón en el sistema de salud público. Además, esta contribución permite sostener miles de días de internamiento en la sanidad pública y apoyar programas de rehabilitación y reintegración laboral en distintas regiones de España.
Estas equivalencias demuestran que el juego, más allá de ser una fuente de entretenimiento, se ha convertido en una herramienta para el desarrollo social y económico. Alrededor del 0,74 por ciento del PIB de España proviene de esta industria, lo que refuerza la importancia de su papel en la economía nacional. Además, su capacidad para generar empleo y aportar a las arcas públicas hace que el sector del juego no solo sea sostenible, sino también un pilar fundamental de la economía española.
Conclusión
El estudio de CEJUEGO concluye que el juego en España se posiciona como una actividad de ocio estable, ampliamente aceptada y culturalmente enraizada. Con una participación elevada, una baja incidencia de juego problemático y una contribución económica significativa, el sector del juego ha demostrado su capacidad para evolucionar y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado y de la sociedad.
“Gracias a una regulación efectiva y a un enfoque responsable por parte de los usuarios, el juego en España se mantiene como una opción de ocio segura y controlada, que no solo enriquece la vida de quienes participan en él, sino también la economía y el bienestar del país”, cierra el comunicado del Consejo Empresarial del Juego.