España: en 10 años se duplicó el registro de personas autoexcluidas
El Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ) anunció las cifras.
España.- De acuerdo con los datos publicados por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo, existe una tendencia en alza entre las personas que solicitaron auto prohibir su acceso a juegos y apuestas online. En la última década, este registro se duplicó.
Según los datos oficiales publicados por Infobae, en total, las personas que se anotaron voluntariamente en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ) creció entre enero de 2012 hasta enero de 2023 de 29.534 inscriptos a 72.696.
Este registro es estatal, y las personas que deciden darse de alta en él tienen vetado su acceso a todas aquellas plataformas que permiten el juego online, incluidas las casas de apuestas deportivas, y a las loterías presenciales (no puede cobrar los premios, por ejemplo, de un cupón de la ONCE o del ‘Gordo’). Luego están también los registros de cada comunidad autónoma, que prohíben el acceso a establecimientos físicos como casinos o bingos.
Ambos registros, los autonómicos y el estatal, son independientes. Pero si la persona con adicción al juego se inscribe en el segundo, consumo informa automáticamente a todas las comunidades para que estas eviten que esa persona acceda a las modalidades lúdicas que regulan y en las que se debe exigir identificación antes de apostar, como un casino. Por el contrario, si una persona se inscribe solo en un registro autonómico concreto, como el de Madrid, sí puede jugar por ejemplo en un casino de Valencia.
Juan Lamas, director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar), que engloba 24 centros de tratamiento por toda España, le dijo a Infobae que desde su federación consideran que hay “un vacío regulador”, Fejar le pide a las personas que buscan asistencia que se anoten al registro estatal.
El número de altas en el registro estatal es mayor cada año. En 2012 solo se anotaron 1.271 nuevos inscriptos, mientras que en 2022 la cifra superó los 11.000. “Hay más personas que juegan y más personas que se conciencian de que tienen un problema. Nosotros actualmente tratamos a 8.000 personas con trastorno de juego”, explican desde Fejar.
Por su parte, María Bayta, psicóloga de la Asociación Madrileña para el Estudio y Tratamiento de Adicciones Conductuales y del Instituto de Psicología e Investigación Controla, también fue consultada por el medio y dijo que este registro es “el único baremo que nos sirve para conocer el problema de juego que hay en España, porque en él se apunta gente voluntariamente que sabe que tiene un problema y que ha llegado a este punto, el de reconocerlo, porque seguramente está teniendo perjuicios económicos y consecuencias laborales y familiares por culpa del juego”.
Bayta aseguró que el perfil de jugador es cada vez más joven. “Sigue existiendo el típico perfil de jugador clásico de la máquina tragamonedas, pero ha llegado en tromba a los centros de tratamiento el perfil de jugador joven que apuesta en Internet, ya que esto lo puede hacer a cualquier hora y desde cualquier dispositivo”. Los datos del registro estatal avalan que la franja de edad de entre 26 y 35 años es la más numerosa, pero la que más ha crecido desde 2012 es la de entre 18 y 25 años. Consumo fija la edad mínima de inicio en el juego en los 23,3 años.
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La nueva ley
Este año, España aprobó el Real Decreto que refuerza la protección de las personas jugadoras más vulnerables y obliga a los operadores a crear entornos de juego más seguros.
Esta normativa aprobada en marzo tiene como objetivo minimizar los comportamientos de juego de riesgo o intensivo que pueden derivar, en los casos más extremos, en conductas problemáticas o patológicas.
Una de las poblaciones a las que refiere la norma son los jóvenes de entre 18 y 25 años, particularmente sensibles a mensajes y patrones de juego inadecuados. De todos modos, también prevé reforzar la protección de otros perfiles vulnerables. Es el caso de quienes ya tienen comportamientos de juego intensivo o de riesgo.
Las críticas al Real Decreto promovido por el Ministerio de Consumo no tardaron en llegar.