Santa Anita Park prepara una «zona de cuarentena» para reanudar la actividad

El hipódromo estadounidense está a la espera de un respuesta por parte de las autoridades
El hipódromo estadounidense está a la espera de un respuesta por parte de las autoridades

El hipódromo estadounidense presentó un estricto protocolo sanitario a las autoridades políticas y sanitarias.

Estados Unidos.- El hipódromo Santa Anita Park está a la espera de la resolución por su reapertura. Recientemente directivos del Grupo Stronach, propietarios del centro hípico, presentaron un estricto protocolo de seguridad a las autoridades políticas y sanitarias. Buscan que les permitan volver a organizar carreras en el corto plazo.

Mantuvieron una reunión virtual Belinda Stronach, presidenta del Grupo Stronach, propietarios de Santa Anita y Aidan Butler, director operativo de carreras en California, con Kathryn Berger, representante del 5° distrito en la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles y funcionarios del Departamento de Salud Pública.

En el hipódromo Santa Anita, el 12 de marzo, comenzaron a realizar carreras sin público, estableciendo un estricto protocolo sanitario. Sus operaciones se mantuvieron hasta el 27 del mismo mes y ahí debió cerrar sus puertas por orden de la autoridad sanitaria.

En el reducto de Arcadia, California, alojan 1.700 caballos y alrededor de 750 personas se encargan de darles sus cuidados básicos. Santa Anita Park quiere retomar actividades poniendo en práctica estrictos protocolos.

Así como en Estados Unidos, en países de latinoamérica como Argentina, Uruguay, entre otros, también se preparan protocolos sanitarios para reiniciar actividades.

Qué proponen

La propuesta de este protocolo incluye el requisito de que los jinetes, paradores, jueces y otros, residan dentro de una «zona de cuarentena» en territorios del mismo hipódromo. Aidan Butler dijo que están buscando cercar un área en la propiedad para albergar hasta 50 casas rodantes. En su defecto, vehículos similares que sirvan para dar alojo a jinetes y otros trabajadores que deban permanecer en el lugar.

Además, el Grupo Stronach acordó solicitar la presencia de un oficial de salud del condado para supervisar el cumplimiento de los protocolos, cuya remuneración sería pagada por Santa Anita.

«Para desarrollar nuestro plan, hemos recibido consejos de especialistas en enfermedades infecciosas y personas con alta experiencia en esta área, para asegurarnos de el protocolo funcione absolutamente», añadió Butler.

«Necesitamos volver a competir. El sustento de muchas personas depende de ello, así como también su bienestar y el de los propios caballos. Estamos convencidos de que podemos hacerlo y que será extremadamente seguro», concluyó.

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