Puntos suspensivos para la regulación del juego en Brasil

La semana pasada se presentaron los permisos federales, estatales y municipales para licencias de juegos de todo tipo que aún esperan análisis y aprobación.

Brasil.- Con los Juegos Olímpicos con Río de Janeiro como sede, Brasil se vio revolucionado en todo su territorio y podría ser uno de los motivos por el cual la regulación del juego sigue sin definición. La semana pasada fue presentada en la Cámara de Diputados de ese país una nueva propuesta para establecer un marco regulatorio de los juegos de azar.

Entre los temas analizados por la Comisión especial que estudia diferentes alternativas para cambiar la normativa actual, se trataron los permisos federales, estatales y municipales para licencias de juegos por Internet, la legalización del popular Jogo do Bicho y la creación de los puestos de trabajo que significaría reglamentar el juego. La nueva iniciativa se suma a otras que ya analizan los parlamentarios quienes, sin embargo, no logran llegar a un acuerdo con cuestiones fundamentales que harían al funcionamiento de la industria en ese país.

La Comisión Especial de Diputados lleva analizados 17 proyectos de ley, cuatro de ellos dando vueltas por el parlamento desde hace 25 años. Los proyectos que se están discutiendo en el parlamento brasileño están tratando de aclarar cuestiones que están arraigadas en buena parte de la población, como lo es el Jogo do Bicho. Según el diputado del Partido Progresista (PP), Guilherme Mussi, este popular juego está muy activo en todo el país y es considerado como un delito menor.

Existen tres proyectos de ley que están sujetos a votación en la Cámara de Diputados, lo que sucederá previsiblemente en septiembre. Uno de los puntos tratados en el marco de la Comisión Especial, y que no consigue consenso, es que se permitiría la instalación de casinos solamente en hoteles, los cuales necesitarán tener un número mínimo de habitaciones.

Otro de los puntos controversiales en los que todavía los diputados brasileños no logran ponerse de acuerdo, es la liberación total de las máquinas de juego y la definición sobre las zonas dónde se permitirá la instalación de casinos. Muchos legisladores son partidarios de que las salas de juego funcionen solo en aquellas ciudades que presentan un gran potencial turístico.