La Secretaría de Salud de Nuevo León clausuró al menos tres casinos
La Secretaría de Salud de Nuevo León suspendió diversos casinos de la localidad por presuntas violaciones a la Ley de Salud.
México.- Apenas unas 12 horas después del nombramiento del nuevo Subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario, encargado de vigilar las normas sanitarias, la Secretaría de Salud estatal implementó un operativo contra casinos en el que clausuró al menos tres de esos establecimientos, según informan medios locales.
Los inspectores de la dependencia estatal hicieron las notificaciones correspondientes, labraron las actas, desalojaron a las personas que se encontraban dentro de los establecimientos, colocaron los sellos y cerraron los establecimientos, luego de encontrar colillas de cigarro en el área de las máquinas de juego, dentro de las instalaciones, donde se encuentra prohibido fumar.
Los negocios sancionados son, en primera instancia, el Casino Gran Palacio, el Foliatti y Viva México. También hubo un operativo en el casino Codere, pero este último no fue cerrado.
Entre los motivos para la revisión estaba vigilar el cumplimiento de la Ley Antitabaco y los protocolos sanitarios por el Covid-19.
La sanción para las casas de apuestas implica, por lo menos, suspensión de actividades por un tiempo no precisado, y la aplicación de multas. La acción se da horas después de que el gobernador Samuel García instruyera a su equipo de trabajo a hacer revisiones y a aplicar la ley.
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Denuncias de casineros de Nuevo León
Samuel García Sepúlveda, actual Gobernador del estado mexicano Nuevo León, denunció públicamente en conferencia de prensa que, durante la gestión anterior, Ramón Rodríguez, yerno del ex gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, sobornó por dos millones de pesos (US$96.253) a casinos del estado. Representantes de la Industria del Juego respaldan la lucha del gobernador contra las extorsiones, mientras que los acusados se defienden.
García Sepúlveda contó que un empresario casinero se puso en contacto con él para decirle que Ramón Rodríguez pedía sobornos en nombre del Estado, de dos millones de pesos por casino.
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