Fenabanca denunció un desorden en el sector bancas de loterías de República Dominicana
La Federación Nacional de Bancas (Fenabanca) asegura que hay 25,000 bancas que no fueron reguladas.
República Dominicana.- A un año y cuatro meses de la promulgación del decreto 63-22, que inició el proceso de legalización de las bancas de lotería en la República Dominicana, todavía persisten conflictos entre los actores involucrados.
La Federación Nacional de Bancas (Fenabanca) ofreció una conferencia de prensa ayer, en la que denunció que, a pesar del decreto emitido por el Ministerio de Hacienda, la cantidad de bancas de lotería que operan de manera irregular ha aumentado de manera exponencial tras el cierre del período de inscripción establecido por el presidente Abinader.
En este sentido, Cristian Guzmán, vicepresidente de la entidad, explicó que aún no se han realizado acercamientos para abordar las demandas del sector y aseguró que las autoridades no están tomando medidas para combatir el crecimiento constante y exponencial de la instalación de nuevas bancas.
Fenabanca indicó a través de una rueda de prensa que se estima que más de 25,000 bancas quedaron sin inscribirse, número que a su entender aumenta día tras día.
En ese mismo orden, otro de los problemas que denuncian, es la colocación, por parte de las empresas concesionarias y bajo el argumento de que fueron inscritas en el proceso de regularización, de miles de máquinas para las ventas de lotería en «colmados, colmadones, cafeterías, salones de belleza, farmacias, entre otros lugares no aptos para la comercialización de juegos de azar, en franca violación a la ley 136-03 de protección a niños, niñas y adolescentes».
También señalaron la proliferación de ventas de lotería en dispositivos ambulantes, en contravención a la Resolución 172-22, que establece lo siguiente: “la persona física o jurídica desarrolladora o prestadora del servicio de software, mantenimiento, alojamiento, operación, venta o comercialización de sorteos de terminales de quiniela o cualquier otro juego de azar, que sirva de soporte a dichas operaciones ilegales, se les aplicarán las disposiciones de la Ley núm. 53- 07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología y cualquier otra disposición legal que les sea aplicable”.
Por otro lado, aseguraron que impera en el territorio dominicano la «competencia desleal en los pagos de premios», superando incluso la devolución del 100 por ciento, en perjuicio de un sector regulado, según lo establece la ley 139-11, situación que, podría constituirse, en una «ventana abierta al lavado de activos».
Ante la situación por la que atraviesa el sector, Fenabanca exigió a través de su comunicación con la prensa, con carácter de urgencia a las autoridades vinculantes: Ministerio Público, Ministerio de Hacienda, Poder Legislativo y Poder Ejecutivo, lo siguiente:
- Cumplimiento al protocolo de fecha 17 de septiembre de 2021, suscrito entre el Ministerio Público y el Ministerio de Hacienda, el cual se sustenta en la ley 155-17 de lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
- Clausura inmediata de todas las bancas de lotería ilegales objetadas en el proceso de regularización, bajo decreto 63-22.
- Persecución en todas sus formas a la venta ambulante de números de loterías, con consecuencias legales para quien sea atrapado infraganti, así como para el banquero que le aguanta y el programador del equipo.
- Cumplimiento a lo que establece la ley 139-11, artículo 2do, párrafo 6to, que dice textualmente: “se establece que todo plan de pago de premios de loterías de quinielas o terminales devolverá el setenta y dos por ciento (72 por ciento) de lo apostado, incluyendo las compañías concesionarias de loterías electrónicas”. El incumplimiento de esta disposición conllevará la cancelación de la licencia de operación; sancionando a aquellos que paguen cantidades en exceso a los montos legales fijados.
- Conocimiento inmediato para fines de aprobación, del proyecto de ley para regular los juegos de azar en la República Dominicana, el cual busca recoger, mejorar y ampliar las normativas existentes, bajo un verdadero régimen de consecuencias.
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