El juego fue un punto fuerte en la cumbre de Guadalajara

En un gran evento sobre turismo en México, y en presencia del presidente Enrique Peña Nieto, se debatió sobre el lugar que deben ocupar los casinos.

México.- Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, en el marco del Tianguis de Guadalajara, invitó a una veintena de empresarios para tener un diálogo abierto con el presidente de la nación Enrique Peña Nieto. Según comentaron, el turismo mexicano vive su mejor momento, en cuanto a visitantes y derrama económica que ha sido más de 17 mil millones de dólares durante el año pasado.

En el Tianguis, el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) insistió en cambiar los estatutos de la reforma a la Ley de Juegos y Sorteos que se encuentra detenida en el Senado, ya que consideró que las zonas de casinos que la ley propone crear deben establecerse lejos de polos turísticos consolidados como Cancún, Riviera Maya o Puerto Vallarta, aduciendo que estos no los necesitan y en cambio deberían establecerse en sitios que sí requieran un atractivo adicional.

La postura que los poderes públicos deben tomar respecto al juego fue uno de los puntos más polémicos, y en la reunión entre el presidente de la República y los grandes empresarios turísticos se abordó el asunto, destacando Peña Nieto que durante su mandato no se ha tomado ninguna determinación a favor pero que tampoco ha hecho nada para frenarlos, provocando el asunto un cruce de acusaciones entre algunos de los líderes más destacados de la industria ante el sonrojo del resto de asistentes por tener delante a una autoridad como el primer mandatario del país, dada la pasión que levanta el tema con los problemas de inseguridad que sufre el país.

También habló Eduardo Sánchez Návarro, quien externó la preocupación de los casinos en México. Aquí hay un gran debate entre quienes fomentan los casinos para expandir el turismo y la derrama económica, y quienes dicen que en México es preferible tener un turismo familiar. Llegaron a la conclusión que encontrar un punto de equilibrio sería lo más sano, en el que no se satanice a los casinos y se cuide el turismo más familiar.