Día de la Mujer: de croupier a un puesto directivo en Casino Cirsa Valencia
Ana Belén Martínez, la Subdirectora de Casino CIRSA Valencia, compartió su mirada en la industria de los juegos de azar.
España.- En una entrevista brindada a Azarplus, la Subdirectora de Juego del Casino Cirsa Valencia contó cómo fue su crecimiento en la empresa.
Periodista:Exactamente, ¿en qué consiste la posición de Subdirectora de Juego en el Casino Cirsa Valencia?
ABM: Después del Director de Juego, es el puesto de máxima responsabilidad en la Sala del Casino. Nuestras funciones empiezan por garantizar el funcionamiento seguro y transparente de la sesión de juego. Pero hay mucho más: lo principal es interactuar con el cliente, conocerle y optimizar la oferta según lo que demanda, gestionar las incidencias que puedan surgir en el día a día y conseguir que su estancia en el Casino sea lo más satisfactoria posible. Internamente nos centramos en supervisar y motivar al equipo de trabajo. En Casino Cirsa Valencia vendemos ilusión y magia, que son intangibles, y por eso un directivo/a debe velar igualmente por sus clientes y por su equipo. Y en todo ello somos la cara visible de la empresa, de modo que todas las decisiones deben tomarse considerando las repercusiones que tendrán en un centro turístico y de ocio que emplea a más de 270 personas y recibe a más de 20.000 visitas al mes.
P: ¿Cuánto hace que desempeñas esta función?
ABM: Julio de 2018, así que este verano hará dos años.
P: ¿Cómo llegaste a la Subdirección? Cuáles fueron tus pasos en la organización?
ABM: La verdad es que nunca creí poder ostentar este cargo, porque no lo iba buscando; fue una oportunidad inesperada que me ofreció el Casino Cirsa Valencia. Yo entré en la organización en 2005, tras un curso de formación de más de 600h, por pura necesidad de trabajar. A partir de ahí, la inquietud por mejorar, aprender constantemente y desempeñar todos los juegos, así como adquirir una sólida experiencia en las mesas de juego me permitieron empezar a formar croupiers, integrándome en el grupo de monitores de la Escuela de Croupiers en Monte Picayo. Más adelante llegó la siguiente oportunidad, con el traslado a Valencia capital, y fue gracias al interés por conocer no sólo lo que conlleva tu propia profesión, sino también el resto de departamentos, otros compañeros con los que convives y ese conjunto de personas y funciones que hacen posible la actividad.
Me siento privilegiada porque tengo una base consolidada de juego adquirida en 5 años como croupier y otros 8 años en supervisión de mesas y como Jefe de sala gestionando personal. Todo ello combinado con la formación de empleados y la participación en proyectos internacionales de Cirsa me proporcionó una visión global de negocio, que es lo que la compañía requería para una posición de responsabilidad a nivel directivo.
P: ¿Tenías experiencia previa en el sector del juego?
ABM: En absoluto; ni experiencia ni conocimiento. Este sector es aún bastante desconocido y mi percepción inicial se basaba en películas. Pero la formación exhaustiva de la escuela inicial de Croupiers y la formación continua que Cirsa lleva en los genes, me brindó distintas oportunidades de conocer las diferentes áreas de una operación de Casino.
P: ¿Qué destacarías como diferencias radicales entre los Casinos y otros sectores donde habías trabajado antes?
ABM: Cuando se trata de sector servicios, el trato con el cliente nunca es fácil, pero éste es un sector peculiar dirigido a un mercado muy emocional y en ocasiones con altos márgenes de sensibilidad por parte del cliente. En el Casino -siempre desde el respeto y con todo nuestro buen hacer-, pienso que hay que tener un altísimo grado de empatía y de inteligencia emocional, pues gestionas cada día expectativas de clientes, y los comportamientos emocionales, como su propio nombre indica, no pueden gestionarse desde una perspectiva únicamente racional.
P: ¿Y qué tiene el Casino Cirsa Valencia que ha logrado contar contigo en los distintos niveles que has recorrido hasta aquí?
ABM: Crecimiento personal sin duda. El crecimiento profesional es importante pero no más que el personal. El personal te aporta la motivación sana de continuar y de seguir adquiriendo conocimientos, de proporcionar colaboración y ayuda. El profesional es el reconocimiento económico y cambio de status que recompensa tu esfuerzo y tus competencias.
P: ¿Qué valores resultan para ti diferenciadores de este Casino Cirsa Valencia?
ABM: Sin duda, la transparencia y seguridad en el juego. Pero además estamos volcados en los clientes, para los que buscamos la excelencia como modelo, pensando en servicio y discreción como valores máximos. Por otra parte, a nivel operativo, es muy diferenciador el interés del Cirsa Valencia por la metodología: diseñar e implementar procedimientos transversales, eficientes y con valor para el cliente, evitando al máximo la improvisación o la arbitrariedad.
P: ¿Por qué crees que el Casino te ha elegido como su más reciente Subdirectora?
ABM: Entiendo que mis actitudes y aptitudes se ajustaban al perfil. Desde el principio la empresa depositó en mí una confianza total, y me ha acompañado en ese crecimiento, equilibrando el desarrollo personal y profesional.
P: ¿Has tenido más dificultades o facilidades que tus compañeros varones?
ABM: No, que va…ni con la empresa ni con mis compañeros. Ahora que soy Subdirectora veo que nuestro convenio recoge por escrito desde hace mucho tiempo la igualdad como valor fundamental entre la plantilla. Pero es que aquí la aplicación es real: muchas de mis compañeras han ascendido más rápido que sus homólogos varones, de modo que las mujeres aquí tenemos las mismas oportunidades para llegar a posiciones de responsabilidad. Así, de memoria, diría que hay tantas jefas de departamento como jefes.
Y mis colegas varones son los primeros que me han acogido de manera ejemplar: son mis compañeros, los que me guían a diario y proporcionan las herramientas para trabajar, cuento con su apoyo y ayuda. De los cuatro miembros que formamos la Dirección de Juego, yo soy la más novel y la única mujer y puedo decir que mi integración es completa, sin condicionantes.
P: ¿Cómo te organizas para conciliar un puesto de responsabilidad en una empresa de 270 trabajadores con tu vida personal?
ABM: Un compañero al que aprecio mucho me dio un consejo que intento cumplir siempre: hay que buscar tiempo para uno mismo y para los tuyos. La clave está en respetar los descansos y atender lo urgente en caso de necesidad; el resto puede esperar y solucionarse en tiempo de trabajo. Desconectar cuando toca te permite ser más productiva y creativa en el día a día.
P: ¿Qué mensaje trasladarías a todas las mujeres que quieren crecer en esta empresa?
ABM: Pues la verdad es que no tengo un mensaje dirigido sólo a mujeres, justamente porque esta empresa da las mismas opciones y oportunidades a cada uno de sus trabajadores: la validez de una persona no está condicionada por el sexo y yo soy ejemplo. Si me permites, en lugar de un mensaje yo lanzaría tres cortos; seguro que alguno llega: “querer es poder”, hay que “dar para recibir” y “no esperar nada a cambio”. Cuando una persona está condicionada a hacer algo esperando recibir recompensa inmediata y no la consigue, se frustra y conseguimos el efecto contrario. Una persona tiene que hacer las cosas porque le nazca hacerlas sin esperar nada a cambio. Su actitud en el tiempo y las habilidades y conocimientos que vaya adquiriendo le darán opción a logros futuros. Esto es una carrera de fondo, y los resultados a veces se recogen a largo plazo.
P: ¿Y a las mujeres que nos visiten como clientas?
ABM: ¿Por qué solo a las mujeres? No seré yo quien haga la distinción (rie). El trato y el mensaje al cliente no entienden de sexo. Mi presencia, mi resolución ante un conflicto, mi trato hacia un cliente ya sea hombre o mujer será el mismo. Me gustaría que cada clienta pueda identificarse como ejemplo de cambio en la sociedad y, por mi parte, ganarme su respeto –ya sea varón o mujer-, aportando valor a cada situación diaria.
P: ¿Cuál es tu opinión personal sobre la evolución de la mujer en posiciones de responsabilidad en nuestro país?
ABM: Cada vez más las mujeres ocupamos puestos de responsabilidad en grandes empresas, aunque desgraciadamente no son el mismo porcentaje que las ocupados por hombres. Además, en muchos casos se realizan las mismas funciones, pero con distinto salario por el hecho de ser mujer. Aún queda un largo camino para poder hablar de plena igualdad de sexos.
Afortunadamente vamos en la buena dirección y deseo que la igualdad de verdad sea una realidad no muy lejana. Cuando esta empresa era familiar, no había apenas mujeres, y hemos recorrido, en los últimos 21 años, un largo periplo que va logrando igualar la situación.
P: ¿Qué echas de menos aún?
ABM: Antes me preguntabas “qué tenía el CCV para contar conmigo durante estos años”. Hoy es recompensa, reconocimiento…una labor en la que empiezo a desenvolverme, de la que estoy disfrutando, con la que sigo aprendiendo. Me gusta mirar hacia adelante e iniciar nuevos retos. Formo parte de un departamento con directivos formidables, todos hombres, pero equiparada a ellos; soy un miembro más. En el conjunto del Casino, somos tres mujeres directivas y más de media docena de jefas y subjefas de departamento, lo cual es un buen ratio, y soy muy optimista con la trayectoria del Cirsa Valencia en este proceso hacia la igualdad real.
P: ¿Y cuál consideras que es el mayor logro conseguido en este camino por la igualdad?
ABM: Como ya he comentado anteriormente, el hecho de que una mujer desempeñe un puesto directivo es ya un logro teniendo en cuenta que en pocos años hemos pasado de una sociedad “machista” -aunque no me gusta la palabra, ya que me suena despectiva-, a una sociedad donde hay mujeres ocupando altos cargos tanto públicos como privados, cosa impensable hace 30 o 40 años. Y por supuesto el mayor logro a nivel país ha sido la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que es el principio de un largo camino hacia una sociedad igualitaria y respetuosa.