Operadores puertorriqueños piden ser legalizados

Los dueños de las máquinas de juego que podrían ser incluidas en la reforma contributiva piden salir de la clandestinidad.

Puerto Rico.- La inclusión en la reforma contributiva de entre 25 y 45 mil máquinas de juego que funcionan fuera de casinos generó una gran polémica en Puerto Rico que mantiene enfrentados a distintos grupos políticos. Sin embargo, quienes se manifestaron esta semana fueron los operadores de las máquinas, que expresaron su deseo de que se apruebe la legalización de sus operaciones para salir de la clandestinidad.

“Ya estamos cansados de tener que estar (trabajando) en clandestino, con todos los problemas que eso implica”, puntualizó Félix “Willie” Rivera, de 45 años, uno de aproximadamente cien operadores de las 25 mil máquinas registradas por el Departamento de Hacienda como “máquinas electrónicas”.

Según estimaciones, la economía informal de las máquinas de juego supera las ganancias por US$250 millones entre 9 mil cafetines, bares, restaurantes y gasolineras. Sin embargo, desde la Asociación de Operadores de Máquinas Electrónicas (Adome), calculan un conservador promedio de US$10 mil anuales por cada uno, lo que significaría ganancias anuales totales por US$90 millones.

Mientras tanto, la Junta de Control Fiscal (JCF) encabeza las críticas a la reforma contributiva y la legalización de las máquinas por no cumplir con el plan fiscal. Sin embargo, el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, cuestionó sus argumentos por ser “contradictorios” y señaló: “Cuando ellos presentaron por petición el proyecto de la reforma laboral, alegaban que había estudios que reflejaban que eliminando la Ley 80, la economía de Puerto Rico iba a mejorar dramáticamente y hablaban de unas cifras considerables, lo cual era completamente falso”.

“Hoy las máquinas están allá afuera captando sin aportar, tan sencillo como eso. Ellos quieren legalizarse y quieren aportar, además el ingreso de esos máquinas tributará, así que de nuevo los planteamientos de la Junta, son sencillamente insostenibles”, aseguró.

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