En la última década, cerraron 125 bingos en España
De las 425 salas que había en 2007, sólo quedan 300 y con muchos menos clientes, ya que también bajó el caudal de premios.
España.- Las cantidades jugadas en este sector en España se redujeron desde los 3.661 millones de euros de 2007, a los 1.840 millones a cierre del 2015. Hace menos de diez años las salas de bingo eran 425, mientras que actualmente apenas llegan a ser 300 las que operan, con una notable reducción de clientes.
Desde 2007 la facturación se redujo a la mitad y los premios, en las aún concurridas noches de los fines de semana, no superan los 7 mil u 8 mil euros. En esos días se ponen en juego unos 80 mil cartones cartones frente a los 30 mil de una jornada laboral. Desde hace más o menos una década, las caídas en todos los medidores de este negocio comenzaron a ser preocupantes para la industria. Los empresarios esperan que la solución esté en innovaciones como el bingo electrónico o el bingo dinámico.
La tendencia es igual para os ingresos brutos -es decir el resultado de restarle los premios entregados a las cantidades jugadas-, donde de los 1.365 millones de euros del 2007 se quedaron en apenas 573 en el año 2015. Y hay que tener en cuenta que el año pasado hubo una mejora de la economía.
En España el sector del bingo generaba, en el comienzo del año 2008, 14.665 puestos directos de trabajo, que a finales del año 2015 sólo eran 7.890. Es decir, fueron destruidos casi 6.800 empleos, según datos facilitados por los operadores de juego Cirsa y Grupo Orenes. Los empresarios del sector se quejan de la falta de flexibilidad de la normativa en España. De las normativas, en realidad, pues cada Comunidad Autónoma tiene transferidas las competencias en materia del juego físico. La última reforma íntegra del reglamento del juego del bingo en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, data del año 2003. Desde entonces, sólo se colocaron parches pese a los enormes avances tecnológicos que se crearon desde entonces.
De media en España, los bingos pagan impuestos del 42 por ciento de sus ingresos, además del habitual Impuesto de Sociedades, el IVA y otro tipo de tasas comunes a cualquier empresa. La Comunidad con la tasa impositiva más alta es Asturias, superando el 50 por ciento, mientras que Ceuta y Melilla sobrepasan por unas décimas el 20 por ciento y son las menos gravosas en este aspecto. Además, los bingos entregan de media en España un 65 por ciento de las cantidades jugadas en su sala en concepto de premios. De ahí nace otra de las quejas de los empresarios, pues entienden que se deberían legislar sobre un porcentaje mínimo de premios y no sobre un límite.